“La desobediencia es la virtud original del hombre. Mediante la desobediencia y la rebelión se ha realizado el progreso”. Oscar Wilde, dramaturgo y novelista irlandés.
Oscar Wilde es un trozo de historia que pervive a pesar de su fallecimiento en el año 1900, falleció en París con 46 años y en la más absoluta indigencia; ello tras haber “purgado” dos años de prisión por su diferencia con respecto a la moral victoriana predominante en su época.
La rebeldía es inherente a algunos seres humanos, es sin duda un motor que puede propiciar el avance o el retroceso en función de su uso.
No existen rebeldes sin causa, existen causas para la rebeldía; ayer …hoy…y sin duda mañana.
Pero la duda razonable me asalta, ¿ la rebeldía es una virtud exclusiva del ser humano?; como modesto observador, de la conducta animal, creo que no es una virtud que sea coto exclusivo de nuestra especie.
Existe una definición que, reconozco sin ningún rubor, me provoca una sonrisa cómplice; rebelde, persona o animal difícil de educar, dirigir o controlar..
Y es que nuestra raza, el perro lobo checoslovaco, reúne por completo las tres características; es muy difícil de educar, resulta complicado para dirigir y provoca quebraderos de cabeza para controlarlos.
Y como siempre no olvidemos que la regla general incluye muchas, muchísimas excepciones.
Pero quién haya tenido y tenga esa percepción…… entenderá mi sonrisa cómplice.
Somos muy sesudamente cuadriculados, nos puede nuestra aparente supremacia sobre todas las cosas; y claro está en nuestra rémora prusiana un animal se debe educar, dirigir y controlar.
Que nadie se escandalice, no estoy negando la mayor; no pretendo ni tan siquiera cuestionar la necesaria labor de educación, dirección y control de un animal que por su propia esencia y ascendencia precisa de una evidente dedicación.
No, no se trata de lo evidente; simplemente me gustaría enlazar la causa, que haberla hayla, con la historia y evolución de esta peculiar raza.
No son rebeldes – creo – por que les suba la adrenalina, o serlo les traslade al paraíso de los cánidos; el mundo animal es la única enciclopedia sin intervención humana, y por lo tanto sin tergiversación torticera.
Partiendo de la anterior premisa, que podrá ser o no compartida pero es un hecho objetivo, si observamos la ascendencia lobuna de la raza entenderemos que, eso de dame la patita, hazte el muerto y baila la Macarena está muy bien para otras razas – moldeadas a la medida del capricho humano – pero colisiona con esa parte de la esencia independiente del plc.
Lo que en absoluto quita para que estos ejemplares sean igual de payasos, y capaces de aprender mil y una tonterías para nuestro goce y refocile; lo harán sin duda…pero el plc siempre mostrará una rebeldía que los gurús de la etología canina definen como “dificultad de concentración”.
Y será así, no lo dudo…el hecho es que un plc se aburre, literalmente; un perro lobo checoslovaco disfruta – si acaso el vocablo se puede aplicar – con actividades desmedidas, con ejercicio intenso, con novedades.
Todos, en alguna ocasión, habremos observado a determinados perros que portan en la boca una pelota; y cual autistas la pasean como si su vida pendiese de la dichosa pelotita de marras.
Difícilmente veremos un comportamiento así en un plc, me sorprendería; por el contrario, esta raza destroza con avidez todo objeto material que les rodee; eso sí les motiva.
Su rebeldía puede nacer de su necesidad fisiológica, y psicológica, de explorar todo lo que les rodea; quizás podría nacer de su instinto cauto, o tal vez de su natural dominancia con el entorno.
Muy complejo determinar el por qué, demasiado complicado establecer el origen de su conducta; pero un hecho si observamos cómo se comportan en cada etapa de su desarrollo.
Y el hecho es que, todas estas características destructivas, alocadas y dominantes, podrían ser una rebeldía a un entorno mediato e inmediato que colisiona con su esencia libre y “salvaje”….podría ser.
He repetido, en otros artículos, que no conozco si existe un estudio etológico centrado en el perro lobo checoslovaco; lo que si conozco es la curiosa similitud de comportamientos entre ejemplares, coincidencias que en algunos casos se elevan al pasmo.
Algo tendrá la raza, algo en sus genes les hace diferentes; vea usted a un plc de Cracovia tumbado con las patas al aire, cual si sufriese una inspección de la Agencia Tributaria, y compruebe con pasmo que otro de Gerona duerme de igual modo.
Observe usted a un plc destrozar con ahínco cualquier objeto a su alcance, y encontrará la misma imágen a miles de kilómetros.
Compruebe usted cómo se desmelenan, literalmente, jugando a cazarse entre ellos y tendrá la misma imagen en otros ejemplares.
Intente poner freno, educar, dirigir y controlar, ese espíritu rebelde y le aseguro que por momentos deseará ser Carmen de Mairena en un bodeville.
Y sí….hay quién logra educar, dirigir y controlar a estos ejemplares, loados sean….pero en la mayoría de los casos, logramos una medida equilibrada para no terminar blandiendo, cómo diría un propietario de plc y amigo, una vara de avellano.
Son rebeldes y desde luego poco importa la causa, importa la diferencia; y esa creo que es su virtud.
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