“Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda.” Martin Luther King, pastor de la Iglesia Bautista y líder histórico del denominado “movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos” fue asesinado en 1968.
El peligro de la ignorancia no reside en la carencia de conocimientos, reside en la estúpida arrogancia con la que se airea dicha carencia.
La ignorancia y la estupidez no tienen por qué ir de la mano. Todos somos ignorantes, todos somos absolutamente ignorantes. Pero algunos suplen la ignorancia con la estupidez más concienzuda.
Y las llamadas “redes sociales”, más bien cavernas low cost para muchos troles, se convierten en mentideros, ateneos y plazas públicas dónde cualquiera puede buscar su minuto de gloria.
Y mire usted hay que ser muy respetuoso con todo, hay que ser tolerante y equilibrado….. y sobre todo siempre queda la opción de “cambiar de canal” o salirse del “hilo” (curioso nombre).
Pero en ocasiones uno harto ya de estar harto se aburre; se encabrona y se amosca con verdadera fijación.
La raza del perro lobo checoslovaco es muy proclive a profetas, agoreros, sabios, cotillas, esperpentos y especies por clasificar; es muy proclive a la polémica, al debate y a las broncas poligoneras.
Impasible el ademán…..algunas personas insisten, cual mineros desesperados, en agujerear lo evidente, en perforar lo cierto y en definitiva en montar un circo con una cabra, una escalera y una trompeta.
La raza podrá parecernos digna de compasión, de orgullo, de admiración, de preocupación o digna de su propia desaparición. Pero lo que resulta evidente y cierto (lo anterior con mayúsculas) es que ni un sólo plc pidió mediante instancia pisar este inframundo.
La raza hoy por hoy está aquí para quedarse en unas u otras manos, esta raza tan complicada y poco estudiada es una realidad que alumbra, o quema según la etapa y los casos, cada hogar en el que conviven.
A todos nos une lo mismo, a todos y cada uno de los propietarios de plc nos debiera unir lo mismo; hemos vivido cada una de las etapas de la convivencia con ellos, hemos sufrido su peculiar ser, hemos disfrutado de su especial sentido de manada, hemos vivido momentos muy difíciles y debiéramos seguir aprendiendo con ellos.
Esa y no otra puede ser la clave, dejarnos de elucubraciones, de broncas de mercadillo, de botellones dialécticos que siempre acaban virtualmente a sopapos.
Aprender, no es sencillo…..sin duda, podría ser la clave para llegar a entender a esta peculiar raza.
Aquí señores y señoras el protagonista no es ni la Presidencia del Fondo Monetario Internacional, ni la de de un Club, ni la infinidad de sabios de salón que saltan al ruedo cual espontáneos.
El protagonista es el perro lobo checoslovaco, y estos últimos años hemos olvidado algo tan crucial; hemos olvidado que todos hemos coincidido en vivir las mismas experiencias, hemos podido comprobar que no son casos aislados y que existe un generalizado comportamiento, un ser común a todos ellos.
Estamos olvidando su origen, su pasado, y su presente…. y los condenamos de este modo a un futuro no ya incierto, que lo es, los condenamos a un futuro peligroso.
Por todos los dioses seamos sensatos, cada día se producen más “abandonos” directos o encubiertos, cada día se producen más situaciones que condenan al plc a la incomprensión cuando no al rechazo.
Y nosotros encantados de habernos conocido, arrogantes e ignorantes y estúpidos por naturaleza, seguimos dividiendo esta afición en grupos pandilleros que delimitan territorio con tal virulencia que asusta.
¿Qué está ocurriendo con esta afición? ….no sé contestar a la pregunta, no alcanzo a comprender cómo en lugar de aunar esfuerzos, experiencias, conocimientos y cariño por el perro lobo checoslovaco estamos enfrascados en lo que podríamos denominar “adicción”.
Las adicciones nunca son buenas, superan nuestra voluntad y ejercen la tiranía de lo incontrolable.
Pero cuando la ignorancia se une a la adicción, y se reviste con la estupidez más concienzuda, el efecto es una bomba de relojería programada para reventar en la cara de quién ose poner en duda la autoridad de los “dioses” del plc.
Por suerte el día a día es rotundo, el día a día no es una red social ni un debate poligonero de tú más.
El día a día con esta raza, para quien quiera observarla, convivir con ellos y aprender cada jornada, es laborioso y enriquecedor y nos aleja de la luz artificial de un ordenador para llevarnos a la naturaleza.
Es la hora de devolver el protagonismo a quién por derecho propio lo ostenta, es la hora del perro lobo checoslovaco con sus miserias, sus grandezas, sus problemas, sus alegrías y su ser.
Y siendo ellos los protagonistas llega el ocaso de los dioses, de esos ídolos de barro que sin otro mérito que el tiempo dedicado a la luz de un ordenador siempre han tenido píes de barro, y cabeza de monarca absolutista.
Dediquemos, si así nos place, tanta energía a unir conocimientos, experiencias, ideas y voluntades; el perro lobo checoslovaco nos necesita.
Lo que nunca ha precisado es adalides, sabios de salón, ni gurús de medio pelo que enturbien su pasado, destrocen su presente y los condenen a un futuro desastroso.
El plc necesita observación, comprensión, entrega y sobre todo aceptación; nosotros necesitamos una cura urgente de ignorancia y estupidez.