Hembras y machos de perro lobo checoslovaco…. ¿mito o mundos diferentes?

Siempre resulta importante conocer las diferencias entre un macho y una hembra. La elección de uno u otro sexo siempre es una cuestión que obedece a criterios muy diversos, criterios que pueden ser muy claros o estereotipados por corrientes de opinión.  Existe la creencia muy extendida sobre el carácter más proclive a los dueños en las hembras de plc, del mismo modo que los machos son más conflictivos y con menos apego al dueño.

Todo lo anterior es muy relativo, tanto como el proceso previo de selección (progenitores) y posterior socialización que haya vivido el cachorro…sea macho o hembra. Por lo tanto partimos de un premisa que ciertamente resultará inmutable en todos los casos, se trate de una hembra o de un macho; dependerá en una parte importante de la selección que haya realizado el criador, fase inicial en la que partirá normalmente de una hembra reproductora con una carácter determinado y de un macho con unas características concretas.

El criador puede buscar un determinado estándar de belleza, puede buscar además un equilibrio entre dicho estándar y el carácter de ambos reproductores o por el contrario puede quedarse simplemente en uno de ambos casos. Pero lo cierto es que el resultado final, en una camada, no es una ciencia exacta en la que tras un adecuado proceso de selección, todos los cachorros tendrán características similares de carácter y conducta. Hay que ser muy claros en cuanto a que la propia naturaleza, al margen de la intervención del criador,  modela a los individuos  en ocasiones de manera muy distinta.

Visto lo anterior existen diferencias notables, que se suman a todo el proceso señalado, entre machos y hembras de plc; las hembras tendrán un celo que resulta, en ocasiones, muy duradero (en el caso de nuestra hembra 32 días) pueden entrar en celo en los primeros meses antes del año o incluso inhibir el celo (por muy diversas razones) hasta los dos años o más.

Por norma general tendrán un celo al año, al igual que las hembras de lobo, aunque cada ejemplar sigue siendo un mundo y el propio celo dependerá de multitud de estímulos externos. De nuevo nos encontramos ante similitudes con el mundo del lobo, si la hembra convive con otros ejemplares el celo dependerá de su posición en la “manada” o de su voluntad de elección. Por lo tanto no existe una regla general que se cumpla de manera mecánica. Pero el celo sí es un condicionante que transforma el carácter de la hembra antes, durante y después del mismo.

Esta será una diferencia objetiva, que cada hembra desarrollará de una manera concreta;  pero en todo caso viviremos estas etapas con todo lo que conllevan. Sin entrar en detalles supone una diferencia notable. El celo será por lo tanto la primera diferencia objetiva. La madurez de un ejemplar de plc se puede dar, aproximadamente, en torno a los dos años; en el caso de las hembras tras pasar el primer celo.  La transformación que se produce en el comportamiento de la hembra, tras pasar su primer celo, resulta sorprendente (al menos en el caso de nuestra hembra) su carácter se asienta, resulta mucho más tranquila despareciendo incluso su pertinaz voracidad con cualquier objeto de la casa, su seguridad y fortaleza le hacen “medirse” con otros ejemplares en lo que considero la etapa de la “provocación adolescente”. En definitiva aspectos positivos y aspectos negativos que no pueden generalizarse.

Por otro lado,  la propia naturaleza ha dotado a las hembras de un claro instinto de supervivencia y continuación de la especie; este aspecto genético las convierte en observadoras, muy inteligentes y sobre todo algo que en mi caso personal me ha sorprendido desde los primeros meses de vida….la astucia….entendida cómo la capacidad de planificar cualquier acción de manera muy detallada, desde abrir una simple puerta, pasando por estudiar un elemento extraño como un grifo y lograr abrirlo, continuando por ser capaz de acceder a cualquier punto de la casa tras estudiar cómo hacerlo. Pequeños detalles que denotan una extremada capacidad reflexiva.

El apego de la hembra a sus dueños lo considero un mito relativo, en el caso de los plcs y por su carácter gregario se puede dar el mismo apego en una hembra que en un macho hacia el o los dominantes de su entorno. Por lo tanto destacaría en las hembra el periodo del celo y su acusada astucia como elementos diferenciadores. Su tamaño y peso, por regla general,  puede rondar entorno a los 62/65 centímetros en la cruz y un peso aproximado de unos 25/30 kilos. 

El macho, siempre por norma general y sin estereotipos, resulta mucho más primario e instintivo; desde cachorro sus juegos y acciones irán encaminadas a buscar una “posición” en su entorno. Del mismo modo, en su relación exterior con otros animales destacará un aspecto crucial…la dominancia….sin obviar que puede darse sin duda en las hembras….pero en todo caso es una característica común sobre todo en ejemplares maduros y adultos.

La dominancia es además un ritual muy marcado en el plc, ritual de pelo erizado desde la cola a la cabeza, hocico levantado de manera exagerada mostrando incisivos y un repertorio de gruñidos y sonidos guturales. Ritual que, en la mayoría de los casos, no llega a ser un enfrentamiento directo pero que impresiona de manera impactante cuando se observa por primera vez.

De todos los machos que conozco, y son muy diversos y diferentes, el único denominador común que he podido encontrar es la referida dominancia o continuo intento de buscar un “sitio” en relación a otros ejemplares o animales.

En el periodo de la madurez del macho, entre los dos años aproximadamente, se puede producir la “provocación adolescente” al igual que en las hembras; se sienten fuertes y seguros y buscan “medirse” con otros animales. A esta diferencia, relativamente objetiva, hay que añadir su mayor tamaño que implica por supuesto un mayor esfuerzo a la hora de encontrarnos con ejemplares que sean proclives a “tirar” mucho de la correa. Los machos, por regla general, pueden alcanzar y llegar a superar los 70 centímetros en la cruz llegando a los 35/40 kilos de peso o más.

En definitiva, e intentando alejarnos de cualquier mito, la raza del plc es por si misma una raza fuerte, de trabajo, con necesidades especiales de atención y ejercicio y con las características propias  que perviven desde su creación; machos y hembras son diferentes en función de su propia naturaleza y el rol con que la misma los ha dotado.

Optar por uno u otro dependerá de qué queramos experimentar y vivir con ellos…..las hembras nos aportarán una astucia desmedida y una gran capacidad de observación, el inconveniente del celo y una gran lealtad. Los machos son “brutos” muy nobles y proclives a la dominancia. No existe el blanco o negro en la elección….la gama de colores es tan amplia como todos los factores indicados que nos pueden dar un ejemplar con características muy diferentes y desde luego no en función del sexo escogido. Son mundos diferentes, desde luego, y no ceñidos a ningún mito …..en todo caso ceñidos a esa parte del mundo natural del que provienen.

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La gran cuestión olvidada….…..¿ Por qué y para qué se creó la raza en la antigua República Checoslovaca?

Resulta sorprendente como de una manera generalizada se omite, en todos los ámbitos relacionados con la raza, el motivo o al menos algunas de las razones que impulsaron al ejército de la antigua República Checoslovaca a generar la actual raza.

Y de hecho resulta sorprendente ya que en la actualidad el perro lobo checoslovaco se encuentra consolidado y reconocido como raza. Lejos por lo tanto de una aprobación, por los organismos oficiales, que obligue a “maquillar” o de algún modo omitir un pasado que quizás no sea políticamente correcto.

Bajo mi punto de vista resulta muy importante no olvidar el origen tan reciente y las razones y objetivos que motivaron el inicio de la actual raza.

Nunca podré emitir una opinión lo suficientemente documentada como para que la misma sea irrefutable, es un hecho indiscutible y partir de esta máxima me hace ser muy prudente. Y no podré hacerlo ya que desconozco de primera mano la motivación del coronel Karen Hartl, sus concretas órdenes en aquel momento o si su iniciativa se plasmó en alguna propuesta documentada. Por lo tanto intentaré ceñirme a hechos relativamente objetivos y con la finalidad de entender algunas características  innatas al perro lobo checoslovaco.

Es un hecho que la idea inicial del cruce, entre un pastor alemán y un lobo de los Cárpatos, buscaba sumar la docilidad y sociabilidad del pastor alemán con el instinto y las capacidades extraordinarias del lobo. Y esta búsqueda se realizaba para una unidad fronteriza del ejercito checoslovaco, en plena guerra fría y en el denominado “telón de acero”.

Es razonable pensar que una unidad fronteriza militar no  buscaba otra cosa que un animal, o mejor dicho un grupo de animales, capaces de cubrir una gran extensión de terreno agreste con mucha resistencia física,  grandes capacidades sensoriales y una relativa docilidad o sumisión a sus guías.

Pero lo que no se plantea nunca es……. ¿ qué pretendía controlar el ejercito checoslovaco?… desde luego no era ni el contrabando, ni el tráfico de drogas ni nada similar. En plena guerra fría y en el denominado telón de acero, en la década de los años 50, lo que resulta históricamente probado es que los países del “telón” blindaban sus fronteras contra la entrada y salida de seres humanos.

Pero la cuestión crucial, y aquí si que no tengo más datos objetivos que la especulación, es si lo que el ejercito checoslovaco pretendía era el control y persecución de seres humanos,  por qué se escoge al lobo de los Cárpatos como el 50% del proyecto genético. 

Históricamente sabemos que el lobo, y todas las subespecies del mismo, han mantenido una actitud de absoluta cautela, timidez y huida ante la presencia del ser humano; dicho comportamiento se transmite genéticamente de generación en generación. Es posible, tan sólo posible, que el referido proyecto a sabiendas del carácter huidizo del lobo incluyese un 50% de pastor alemán de aquella época (estado de la raza muy diferente al actual) un perro de trabajo muy duro, y con capacidades de poder ser controlado en labores de ataque y defensa, con la esperanza de equilibrar las potencialidades de ambos.

Al margen de cualquier especulación, y sin otro ánimo que conocer objetivamente por qué y para qué se creó la raza, resulta evidente que las razones del por qué se basaron en la búsqueda de una mayor efectividad a la hora de controlar grandes extensiones de franjas fronterizas;  utilizando grupos de ejemplares que tuviesen una gran resistencia física (un lobo es capaz de recorrer sin problemas en una sola jornada hasta 100 kilómetros) una gran capacidad sensorial (olfativa y auditiva muy superior en los lobos) y por último una relativa docilidad o capacidad para ser adiestrados y responder a las órdenes y estímulos de sus guías.

¿ Para qué se creó la raza?…. evidentemente para controlar y perseguir seres humanos, bien que intentasen penetrar en suelo nacional o que intentasen salir del mismo sin utilizar los cauces legales establecidos.

Hasta aquí una parte de la historia, más o menos concreta, que muestra una realidad que no debemos obviar. Los fundamentos de la raza se asentaron en pilares que para nada son compatibles con un animal de compañía. Se generó un animal de trabajo, fuerte, gregario, acostumbrado a espacios abiertos y mucho ejercicio, poco o nada sociable con seres humanos distintos a sus propios guías y en definitiva con una impronta genética del lobo de los Cárpatos que marcaría hasta hoy su devenir.

Todo lo anterior lejos de alarmarnos, o generar posturas contrarias a la raza, nos debe recordar que hace menos de 60 años los ancestros de nuestros ejemplares fueron animales de trabajo y su hábitat lo fue casi exclusivamente en terrenos abiertos y agrestes.

La evolución de la raza ha permitido minimizar casi todos los aspectos iniciales….pero cuando alguien realiza comentarios del tipo ” es que siempre que veo fotografías de plcs están en el monte o en zonas deshabitadas”  debe entender que nuestros animales lo son plenamente en un entorno natural, disfrutan y se realizan….los entornos urbanos son obligados y totalmente necesarios en la sociedad actual…pero nunca serán su elemento o el lugar en el que un perro lobo checoslovaco se sienta integrado. 

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¿ Es aconsejable la raza para cualquier persona ?

La pregunta, sobre si es aconsejable la raza para cualquier persona, no pretende ser ni alarmista ni rotundamente excluyente. Tan sólo realista con el hecho que considero diferencial del perro lobo checoslovaco.

Más de 20 años teniendo perros en nuestra familia, gran daneses, mastines y bulldog inglés me reafirman en plantear la anterior pregunta de un modo objetivo y sobre todo realista.

La decisión de incorporar un perro a cualquier familia, o entorno familiar,  de por sí ya es una decisión que implica responsabilidad, o al menos debiera. La primera vez que se decide tener un perro puede que tengamos experiencia previa, o puede que sea el primer animal que irrumpe en nuestras vidas.

En este último caso, el de nuestra primera experiencia, es muy importante valorar qué animal deseamos y qué motivos nos impulsan a ello; con la cuestión añadida al respecto de la responsabilidad que conlleva. Responsabilidades  básicas como la salud, alimentación y educación del animal y responsabilidades derivadas como la atención permanente y el cambio en nuestras costumbres diarias a todos los niveles.

Resulta recurrente, pero necesario, recordar que un perro necesita de una atención diaria que implica dedicar una parte de nuestro tiempo a sus necesidades, fundamentalmente los paseos y esparcimiento diario. En el supuesto de ser nuestro primer perro deberíamos equilibrar nuestro deseo, en relación a la raza o animal deseado, con la realidad de nuestra total inexperiencia.

Del mismo modo que normalmente aprendemos antes a andar en bicicleta que al manejo de una  motocicleta, debiéramos aprender a convivir con un animal asequible a nuestra experiencia; que sea relativamente dócil y sobre todo adaptable a nuestro entorno y disponibilidad.

Por lo tanto si es nuestro primer perro, personalmente, desaconsejaría de manera rotunda al perro lobo checoslovaco como primera experiencia.

Lo anterior sin menoscabo de que no todas las situaciones son iguales, y desde luego nunca se puede generalizar;  una persona puede ser consciente y tener la capacidad y posibilidad  de incluir por primera vez en su vida a un animal y este ser un perro lobo checoslovaco.

Por qué entonces, y de manera general, desaconsejaría la raza a quienes no han tenido experiencia previa con otros perros. Fundamentalmente por el carácter del plc y por sus propias necesidades físicas y psicológicas.

Definir el carácter del plc resulta muy complejo por diversos motivos, cada ejemplar es un mundo diferente, entre un macho y una hembra existe una gran diferencia y sobre todo dependiendo de la selección, cría y pre socialización realizada por el criador cada ejemplar será un mundo diferente.

Pero en todo caso existen denominadores comunes a la raza, aunque me gustaría repetir hasta la saciedad que nunca se puede generalizar. El plc es un animal de un carácter fuerte que sin llegar a ser agresivo, generalmente, si que medirá su posición jerárquica en su nuevo entorno cada día; lo hará en cuanto ese entorno se convierta para él en habitual; con la comida son generalmente muy posesivos, lo que nos obligará a trabajar con ellos hasta lograr que el cachorro entienda y tolere nuestra propia mano en su plato o trozo de comida.

Del mismo modo con cualquier juguete u objeto que consideren propios sucederá lo mismo. El plc es gregario por naturaleza, vive y precisa de un orden jerárquico en el que buscar su propio sitio; las costumbre adquiridas se asentarán como definitivas para él. Su extremada inteligencia, unida a una astucia desbordante, lo convierten en una experiencia única que nos aportará momentos buenos y malos a partes iguales en los primeros meses de vida.

Su relación con otros perros será, por norma general, dominante por naturaleza; dicha dominancia se manifiesta ya desde cachorro midiéndose en sus juegos con cualquier perro, no se trata de agresividad en absoluto y adoptará el papel que le corresponda en cada momento y en función de la respuesta del otro animal. Precisa por lo tanto de una aconsejable e intensa relación desde cachorro con otros animales.

Con las personas ajenas al entorno familiar, y de nuevo por norma general, se comportará de manera cauta…tímido y algo distante; nunca será un animal que busque caricias o la atención de personas ajenas a su “manada”. Resulta muy importante que se relacione, en los primeros meses de vida, con el mayor número de personas ajenas a su entorno habitual.

Del mismo modo y en relación a las  zonas urbanas, y dónde exista mucho tránsito de personas y vehículos, precisa de un intenso trabajo al objeto de evitar que el cachorro genere fobias que podrían fijarse en su comportamiento de por vida.

Muy resumidamente, estamos ante un animal con un carácter fuerte y a la vez proclive a determinadas fobias (hacia las personas, entornos y estímulos externos) y que precisa de al menos una mínima experiencia a la hora de reconducir conductas  que de no encauzarse en los primeros meses de vida podrían llegar a ser un problema importante. 

Un animal, además,  que necesita un ejercicio físico intenso cada día y la necesidad de mantenerse próximo a su “manada” generando en ocasiones lo que se denomina ansiedad por separación.

Dicha ansiedad, cuando se manifiesta, se puede concretar en una obsesiva y continuada capacidad destructiva con todo lo que le rodea, mobiliario de la casa, ropa y enseres, jardín y cualquier objeto a su alcance. En ocasiones incluso en la pertinaz manía “escapista” que puede provocar la huida del lugar en el que se encuentre.

Visto lo anterior, y personalmente, creo que a la hora de decidir incluir en nuestras vidas un plc debemos tener al menos una mínima experiencia con perros de otras razas, tiempo para dedicarle, conocimiento de la raza y disposición al trabajo continuado con el cachorro.

No resulta fácil responder a la pregunta inicial, pero sí puedo asegurar que de no considerar lo anterior podríamos cometer un error de incalculables consecuencias, para con el animal y para nosotros mismos.

No se puede marcar una pauta general, sin duda resultaría excluyente,  pero si se puede reflexionar con los datos aportados antes de tomar una decisión. Ese y no otro es el objetivo de estas líneas.

En la fotografía que encabeza este artículo aparece nuestro nuevo plc, Czarodziej Ciro Wilk z Basni, Ciro para nosotros; y con 14 semanas de edad. 

 

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Acercamiento a la historia y el presente de la raza.

Aunque sencilla, y a la vez compleja, la  pregunta ¿qué es un perro lobo checoslovaco? genera un sin fin de respuestas….

No debemos olvidar que nos encontramos ante una raza muy reciente, aprobada por la FCI en el año 1989 de manera provisional y definitiva en 1999 (con el estándar nº 332 englobado en el Grupo 1); los orígenes de la raza se remontan, aproximadamente, al año 1958 con el nacimiento de los primeros híbridos producto del cruce de pastor alemán y lobo de los Cárpatos.

El precursor de dicho proyecto fue el coronel del ejercito Checoslovaco Karel Hartl que ya desde 1955 intentaba aunar la docilidad del pastor alemán con la resistencia y la agudeza visual y auditiva del lobo. Todo ello encaminado a un proyecto militar de vigilancia fronteriza.

Posteriormente y ya en al año 1972, tras diversos avatares políticos incluida la invasión de Checoslovaquía por la antigua URSS, el ámbito civil toma la iniciativa en la cría y selección del perro lobo checoslovaco; el Mayor Frantisek Rosik junto a Karel Harlt trabajan con ejemplares híbridos de tercera generación y con el lobo Sarik.

De forma muy resumida ese es el origen de la raza, por lo tanto y tras pasar por todas las etapas de cruces partiendo de lobo puro con pastor alemán (F1, 2, 3…etc) hoy tenemos el resultado de un perro zoologicamente hablando; sin duda se trata de un perro y así es reconocido por la FCI.

Lo anterior son exclusivamente datos objetivos, que cualquiera puede hallar publicados tanto en la red como en diversas publicaciones; en resumen el pilar que sustenta la historia pasada del nacimiento del perro lobo checoslovaco.

Pero no podemos olvidar su evolución y ante todo el presente de la raza, y sobre todo que hace tan sólo 55 años su precursor genético  fue un lobo y esa carga  pervive resultando muy reciente, la evolución de cualquier especie requiere de cientos y miles de años para asentarse con la impronta propia de cada una.

Quiere esto decir que no es un perro….. mi opinión personal, basada en la convivencia durante más de dos años con un plc, es que no estamos ante un lobo pero tampoco ante un perro.

Es lo único que personalmente puedo constatar; la raza se asentará como un perro probablemente dentro de muchos años, y dependiendo del camino que adopten los criadores,  pero aún hoy conserva características más propias del lobo que del perro.

Características que NO son incompatibles con la vida en un entrono social, nada más lejos de la realidad, pero que convierten al plc en un animal diferente a cualquier otro perro. Conocer esa diferencia es la clave para socializar de manera adecuada a nuestra raza.

Sirva lo anterior como punto de partida de este tema, destacando que se trata de una opinión personal, y por lo tanto subjetiva, y que no pretende otra cosa que tener una visión global de todos aquellos que somos propietarios de esta maravillosa raza.

Y tras la pregunta recurrente de qué es un perro lobo checoslovaco, pregunta que puede tener infinidad de respuestas, nace un aspecto crucial, el primero en orden de importancia…la socialización del perro lobo checoslovaco.

Criadores y propietarios del plc coinciden en algo básico, la necesaria socialización del plc. Y de nuevo nos encontramos ante una diferencia con casi todas las razas asentadas de perros, es un hecho que en otras razas aún cuando sea importante la socialización NO se insiste de manera especial en esa fase de estimulación temprana del cachorro.

La recomendación e insistencia se basa, sin duda, en experiencias negativas del comportamiento social del plc. Negatividad que como norma general NUNCA incluye agresividad, salvo casos de individuos concretos como en cualquier raza, esta negatividad se centra en la convivencia en el propio entorno social, personas ajenas a la familia, niños, ruidos, coches y ese largo etc. que rodea a vivir con un perro en un entorno social.

El por qué puede llegar a surgir este comportamiento negativo a la integración, en el entorno social, nos llevaría de nuevo a entender que nos encontramos ante una raza muy reciente creada a partir de un perro asentado desde finales del siglo XIX (el pastor alemán) y un animal salvaje como el lobo de los Cárpatos.

Lobo que históricamente ha sido perseguido y cazado por el hombre, es posible que genéticamente en nuestros plcs pervivía una parte cautelosa con todo lo relativo al entorno humano. No es una afirmación, tan sólo una reflexión fruto de una concreta experiencia. 

El hecho es que por carácter nunca tendremos en nuestros plcs un perro labrador, pero SI podremos tener un animal que se desenvuelva en el entorno humano con normalidad; ese es el objetivo de la socialización.

Los métodos de socialización requieren, según las experiencias de criadores y propietarios, de dos factores muy sencillos pero intensos: Tiempo y dedicación en los primeros meses de vida del cachorro.

Sin obviar la pre socialización dentro del criadero, donde la estimulación temprana y el hábito al entorno que el cachorro hallará posteriormente resulta muy importante.

Desde que el cachorro llega a la familia, con unos dos meses por lo general, debemos habituarlo al contacto con el mundo exterior, personas, vehículos, ruidos y otros perros.

Nos obsesionamos con que el cachorro haga sus necesidades en la calle y obviamos algo tan importante como es que empiece a reconocer el entorno y pierda cualquier recelo al mismo. Del mismo modo existe una polémica generalizada,  debemos sacar a la calle al cachorro o no antes de que tenga todas las vacunas.

La propia clase veterinaria no mantiene un criterio único y desde luego la exposición a determinadas enfermedades, como el moquillo, son un riesgo cierto.

Personalmente acepté dicho riesgo, tanto con Leah cuando llegó a casa hace más de dos años, como con Ciro nada más llegar con ocho semanas de vida. Puse en la balanza el riesgo y la importancia de las primeras semanas de vida en un cachorro de plc, primeras semanas dónde sin ningún lugar a dudas se fijan comportamientos futuros, y valoré decantarme por esta última opción.

El presente de la raza  pasa indefectiblemente por el camino adoptado hasta hoy por los criadores, qué tipo de selección se ha realizado, qué líneas de sangre se han cruzado, qué pruebas sobre enfermedades comunes se han realizado, en qué condiciones se ha realizado la cría y con qué socialización temprana se ha trabajado en cada camada.

En nuestro país no existe un Club de raza fuerte y consolidado, por desgracia tampoco reconocido por la Real Sociedad Canina de España, por lo tanto, la difusión emergente de la raza no lo está siendo desde unos mínimos criterios unificados de selección, cría y socialización.

Esto último marca sin duda el presente de la raza, frente a criadores con verdadera pasión por la raza y que han realizado una praxis correcta también han proliferado y proliferan aquellos que tan sólo “producen” ejemplares con una finalidad exclusivamente comercial y sin ningún tipo de garantías ni en la fase de selección ni en la propia cría y posterior socialización.

Por lo tanto el presente, y sin duda el futuro, de la raza se encuentra exclusivamente en manos de los criadores; fundamentalmente de aquellos que adopten unas prácticas acordes a la pervivencia racional del perro lobo checoslovaco, a su difusión conforme a criterios que permitan afianzar lo positivo logrado en estos años y por último que sean capaces de establecer una utopía necesaria…..unos mínimos para desarrollar su actividad  conforme a criterios positivos y que salvaguarden la raza.

En consecuencia, el panorama en nuestro país es preocupante; el presente de la raza se consolida en base a un peligroso auge sin que este obedezca a una correcta comprensión al respecto del perro lobo checoslovaco en todos los ámbitos, cría y tenencia.

Opinión personal, y sin duda discutible, pero las propias estadísticas en relación al censo de ejemplares en los últimos cinco o seis años muestra que hemos pasado de una población que no superaba los 300 ejemplares en toda España a un censo actual que podría rondar los 700 y este incremento no ha llegado acompañado del necesario conocimiento sobre la raza.

No pretendo ser negativo ni agorero, pero estamos a tiempo de corregir esta situación; entre todos, criadores, propietarios y aficionados a una raza que ante todo es diferente, muy diferente a cualquier otro perro.

El camino a seguir pasa indefectiblemente por aunar esfuerzos, sumar trabajo y abandonar intereses comerciales o personales. No tengo la fórmula para ello pero si la percepción al respecto del momento crucial que vivimos. 

 

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Los motivos de esta publicación o el por qué escribir sobre el perro lobo checoslovaco.

 
 

Esta publicación no pretende ser un análisis pormenorizado de zoología, mucho menos de etología en relación al perro lobo checoslovaco. Tan sólo pretendo aportar un punto de vista, la experiencia vivida durante dos años, y que hoy se enriquece con la llegada de un nuevo ejemplar.

La relativa novedad de la raza en nuestro país genera curiosidad e interés, sin duda cualquier ejemplar es llamativo por su enorme parecido al lobo. Y en consecuencia existe una concreta demanda, creciente en los últimos años, que incrementa la proliferación de camadas y en consecuencia de nuevos propietarios.

Adquirir un cachorro, de perro lobo checoslovaco, es una decisión muy importante y que dista enormemente de la misma decisión con cualquier otra raza. La oferta de camadas está creciendo en los últimos años y en consecuencia la población de ejemplares y nuevos propietarios.

La información, que pueda aportar una tenencia y convivencia responsable, dista mucho de abundar; ciertamente muchos criadores ofrecen no sólo la posibilidad de adquirir un ejemplar, también aportan toda la información posible al respecto de la raza; pero la realidad con la que se topa un nuevo comprador es cuando menos impactante.

Cada ejemplar es un mundo aunque con denominadores comunes a todos ellos, desde estas páginas tan sólo pretendo aportar mi propia experiencia en ningún caso sentar cátedra, polemizar o inculcar un punto de vista. Si acaso mostrar con total transparencia qué ha supuesto la convivencia con una hembra de plc durante más de dos años y cómo han sido las etapas vividas.

Añadiendo una nueva experiencia con la llegada de un cachorro macho, y su integración tanto con la hembra como con el núcleo familiar. Sin otra intención que compartir con aquellos que lo deseen vivencias que podrían ser, al menos, de alguna utilidad.

Por último agradecer a Andoni, dueño de Akru (hermano de camada de Leah nuestra perra), la impresionante fotografía que encabeza esta entrada y tomada por él en una playa de la localidad Cántabra de Mioño. Gracias Andoni por esa imagen maravillosa.

 

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