Dolor, respeto y admiración.

“¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen ni se ocupan ni se preocupan de nosotros.”Epicuro de Samos, filósofo griego fundador de la escuela que llevó su nombre, en la que  la doctrina basada en la defensa de la felicidad del hombre, y enfrentada a los mitos religiosos de su época, fue su pilar básico. Fallecido en el año 270 a. C.

Desconozco los planes celestiales para con el ser humano, conozco un poco a nuestra especie; lo suficiente para admirar nuestra valía y denostar nuestra propia necedad.

Cuestión de balanza, o tal vez de punto de vista; lo cierto es que somos capaces de lo más glorioso y eficaces sin par en lo más horrendo.

El juego preferido del ser humano, y el más peligroso, es el de “dios en la tierra”.

Digamos que nuestras necesidades vitales no se conforman con vivir, o en su caso sobrevivir, precisamos alterar la vida o jugar con ella cual dioses ebrios.

Y nos lanzamos al peligroso “juego” de la alteración genética, de la manipulación vital y de la experimentación más absurda con el misterio de la propia vida.

El devenir de las sociedades humanas, su avance tecnológico y científico, ha propiciado excelentes resultados en la medicina; hombres y mujeres inquietos, sabios y admirables, han luchado durante siglos contra el oscurantismo de los tabúes establecidos.

Y los logros han sido admirables, permitiendo vencer enfermedades y logrando minimizar el dolor y el sufrimiento.

Pero no hay valía sin necedad, y en esta última somos los reyes del mambo.

Paralelamente a esas extraordinarias personas, y fundamentalmente en el mundo animal, otros personajes han jugado a Zeus con resultados asquerosamente siniestros.

De tal modo se ha experimentado con la hibridación de razas animales en pos de diferentes intereses, ganadería, investigación científica e intereses diversos. Las razas actuales de canes son un triste ejemplo.

Y el perro lobo checoslovaco no se libra de esa oscura mano, que mece una cuna absolutamente explosiva.

DOLOR, ante la imagen de un animal afectado por una enfermedad degenerativa, cruel y mortal, que destroza su movilidad hasta agotar sus fuerzas condenando al mismo a una muerte lenta y cruel.

Dolor acompañado de indignación ante la estupidez humana, ante los intereses monetarios, ante la falta de escrúpulos y la más absoluta estulticia, al criar ejemplares sin las pruebas mínimas que garanticen la ausencia de enfermedades tan salvajes como la mielopatía degenerativa.

Indignación por el pasado, el presente y el futuro de personajillos; capaces de jugar y experimentar con animales, de frivolizar con la ilusión de sus futuros dueños y de condenar a ambos, animal y ser humano, a situaciones asquerosamente dolorosas.

Esos personajes han existido, existen y por desgracia existirán.

Tras un negocio, en ocasiones, se parapetan destacados mercachifles y mercaderes de ilusiones, malabaristas del engaño y sinvergüenzas de carrera. Y en esta raza los hubo, los hay los habrá…..

RESPETO, al extremo de conmocionar todo mi ser, cuando observo a un ejemplar afectado por la enfermedad; respeto hacia su dolor, hacia su entereza y resignación. Respeto ante un sufrimiento fruto de la más absurda gilipollez humana.

Respeto acompañado  de ternura, ante una mirada suplicante…. ante el esfuerzo por arrastrar su cuerpo cada día; ternura incrementada ante lo que representa en su SER.

Heredero de la fuerza imparable de la naturaleza, dueño legal de la libertad más preciada; hijo de la tierra, hermano de la luna y padre del viento……nunca……jamás….. merecedor de esto.

ADMIRACIÓN, absoluta y rendida ante su esfuerzo; ante una lucha con final escrito, ante la exposición pública de una vergüenza y afrenta a su SER.

Admiración hacia él y hacia el calor y cariño de quienes nunca escogieron esta situación, admiración sin límites hacia aquellas personas que a pesar de saber que el cadalso más cierto les espera…a pesar de ello…..miman sus días, calientan sus noches y sobre todo no los dejan solos en ese último viaje cruel.

Mis respetos a ellos, a esos dueños admirables que acompañan cada día el dolor con cariño.

Joaquín Sabina escribió “Y la vida siguió como siguen las cosas que no tienen mucho sentido”, y nuestra vida sigue del mismo modo que las cosas sin sentido continúan en este “mundillo”.

Nunca me resignaré ante la estupidez, ante la absurda costumbre de joder la vida a animales y futuros propietarios.

Somos herederos de verdaderas plagas en esta raza, mielopatía, enanismo, displasias de cadera y codo, criptorquideos unilaterales etc.

Y desde luego la gran mayoría de estas plagas, por no decir todas, han sido propagadas por personajillos indecentes; absolutamente irresponsables y condenadamente culpables.

La vida sigue, por supuesto, y junto a esa vida no podemos permitir que sobreviva la ignorancia; debemos luchar hasta la saciedad para que todos, aquellos interesados en esta y otras razas, exijan a quienes las comercializan las pruebas de salud que eviten calvarios imborrables. 

Mis respetos y admiración a esos criadores que, día a día luchan contra la estulticia y priman el amor a la raza por encima de los beneficios.

Mi absoluta repulsa y hastío hacia aquellos ganaderos que jugando con la salud de animales, y la ilusión y compromiso de sus futuros dueños, propagaron enfermedades que hoy son un azote cruel.

Quizás todo esto sea una pequeña lección, o inmensa según se mire, de la propia naturaleza; como Epicuro ni afirmo ni niego la existencia de los dioses………pero afirmo rotundamente la estúpida condición humana que da píe a estas situaciones. 

P.S.

Dedicado a Kenay

Afectos y efectos.

“Es difícil dar una definición de la lealtad, pero quizás nos acercaremos a ella si la llamamos el sentimiento que nos guía en presencia de una obligación no definida.”Gilbert Keith Chesterton, escritor y periodista británico etiquetado como el “príncipe de las paradojas” y más conocido como G.K. Chesterton; falleció en 1936.

Nuestra lealtad debiera volcarse para con el planeta y las especies que lo pueblan, la obligación de sobrevivir no debe ser para con nosotros mismos.

Estas palabras pronunciadas por Carl Sagan – astrónomo estadounidense – son un perfecto resumen de la tragedia que cada día consolidamos en nuestro entorno.

La cuestión es que la chulería corporativista de nuestra especie, ese halo diabólico que nos guía, nos convierte en todo lo contrario.

Somos primarios, histriónicos egoístas y ante todo zoquetes renacentistas; nos preocupa un bledo nuestro entorno y nos la trae al pairo si exterminamos especies animales o si las convertimos en payasos de circo.

¿Dónde queda nuestra lealtad?….en nosotros mismos, en nuestro paso efímero por el planeta y en definitiva en una actitud de “cigarra compulsiva”.

Y seguimos encantados de habernos conocido, miramos hacia otro lado ante realidades abrumadoras; agotamos recursos naturales, contaminamos el planeta y exterminamos especies cual vídeo juego salvaje.

Pero no importa, es algo consustancial a nuestra época; este siglo es heredero de los anteriores.

La salvaje industrialización ejerció su papel acunando a la criatura que hoy somos, las sociedades del “bienestar” crecieron a costa de profundas heridas en la tierra y en el aire que nos sustentan.

Y el reino animal pagó su peaje día a día, de manera sistemática e imparable; y miramos de reojo, con cierta sensación de asombro, cuando observamos que esto ya no lo conoce ni la madre que lo parió.

Cantos de sirena….. lo sé….voces que se perderán en la maraña social de las prioridades, pero me resisto a permanecer en silencio.

Cuando optamos por convivir con animales, cuando compartimos nuestras vidas con ellos, se produce un extraño proceso; un sutil intercambio vital. Recibimos mucho a cambio de muy poco.

El perro lobo checoslovaco es especial, diferente y único; convivir con ellos me ha enseñado a respetar su SER.

Descubrir su forma de comunicarse es algo mágico, especialmente su mirada; esa profunda y limpia mirada, directa a nuestros ojos, que por sí sola reúne siglos de sabiduría.

Aprender con ellos es algo sustancial, inherente a la convivencia, descubrir su sabiduría arcaica es una experiencia única.

Observar su comportamiento en plena naturaleza es un regalo para los sentidos…… alejados de “problemas” y polémicas sobre si es “niño o niña”……en su entorno natural es dónde ejercen su reinado. 

Monarcas absolutos del trote elegante y sutil, soberanos indudables de la agilidad más espectacular y reyes permanentes del bosque.

Nuestro afecto se ve recompensado por su lealtad, por su especial entrega no exenta de rebeldía, lealtad de un ser vivo y fuerte; lealtad de un animal con una historia milenaria que fluye por sus venas.

De afectos y efectos está el mundo lleno, nunca existirá una acción sin consecuencias…..y en nuestro caso el afecto provocará efectos notables.

Un plc nos obliga a regresar a la naturaleza, nos impone a diario el ejercicio de la observación y el pasmo; provoca en nuestras vidas cambios notables y que por ende generan actitudes y comportamientos que considero positivos.

Aprendemos a valorar lo importante, mantenemos la alerta ante lo banal y ejercemos nuestro papel de compañeros de viaje.

Un viaje personal, sin duda, en el que cada uno deberá llenar la mochila con aquello que crea necesario; pero en ese camino, como en todos, lo importante no es el destino….incierto por otro lado…lo importantes es el propio trayecto y cada segundo en el que vivimos nuestras vidas compartiendo tanto con ellos.

Creo sinceramente que nos cambian la vida, los altibajos de esa convivencia son positivos; todo lo que vale cuesta y el perro lobo checoslovaco vale demasiado para costar poco.

Levantamos nuestro ánimo ante cada fracaso, y nos llenamos de energía ante cada pequeño logro; esta opción es vital, provoca vida a raudales y  saca nuestro perezoso culo de sillones y mullidos sofás….. para acercarnos a ese mundo olvidado y poco respetado.

Nos enseña a valorar atardeceres, sonidos, olores y sensaciones; nos obliga a permanecer alertas y descubrir secretos ocultos…nos aporta un poco de la esencia del ser humano siglos atrás.

Mi afecto está sobradamente recompensado por efectos imborrables, es muy difícil definir la lealtad pero sí soy consciente de que un sentimiento permanente me guía en pos de una obligación aceptada y de la que me siento orgulloso…

Comparto mi vida con ellos.

Sublime prudencia.

“Mezcla a tu prudencia un grano de locura”Quinto Horacio Flaco, poeta satírico romano fallecido en el siglo 8 a.C. y popularmente conocido como Horacio.

Mi capacidad de asombro es ilimitada, la mala leche en ocasiones pareja al infinito; y es que el ser humano no deja de asombrarme día a día.

Se puede ser estúpido e ignorante, que todos tenemos derecho a la estulticia, se puede incluso ser apático ante todo lo que nos rodea….pero la crueldad más repugnante no debiera tener cabida en las gilipolleces del ser humano.

Hace escasos días una noticia recorría las “redes sociales”, la noticia no era otra que un vídeo colgado en la red por un grupo de especímenes que en una bacanal de locura absoluta habían colocado varios cohetes a un perro; posteriormente el citado grupo, de valientes y aguerridos desgraciados, procedieron a explosionar el artefacto.

No es necesario contemplar el resultado y me niego en redondo a verlo, pero me asalta la duda razonable sobre la condición humana.

La violencia es innata al ser humano, sin duda, y en ocasiones la rémora de necesidades ancestrales; sin embargo la crueldad animal resulta un desvarío.

Por supuesto que la crueldad entre seres humanos va mucho más allá, es un estadio de enfermedad mental con resultado de encefalograma plano.

Pero la crueldad, con animales e indefensos, es un estadio preocupante; denota no ya insensibilidad o carencia de escrúpulos …….denota cobardía e impunidad.

Y si además hay publicidad del “acto glorioso” estamos ya ante un hecho alarmante.

¿Qué puede mover a un ser humano a ensañarse de tal modo con un animal?, lo desconozco y me preocupa lo justo si es preciso encerrarlos en un frenopático o colgarlos de un pino.

Lo que realmente me preocupa es cómo se llega a esa condición infrahumana, y no caben medias tintas ni excusas absolutorias que justifiquen una involución tal en nuestra condición.

Acaso sea una muestra de los valores actuales de esta sociedad, quizás sea el espejo del poco respeto que hacia nosotros mismos nos tenemos.

Creo firmemente que es una cuestión educacional, y creo del mismo modo que el problema no es ejemplarizar los actos con condenas estatales de las administraciones competentes; la cuestión reside en procesos mucho más complejos, en analizar cómo estamos educando  y en qué valores…..si acaso educamos en algún valor.

El tiempo no es nuestro aliado, esta sociedad está enferma y terminal en muchos aspectos; sin embargo cada día, y ante actos cómo el referido, debiéramos aportar un grano de cordura a esta vorágine.

Aunque tan sólo sea una voz, un gesto o una reflexión….la pasividad por contra nos convierte en cómplices a todos.

En multitud de ocasiones, y ya de manera recurrente, nos referimos al perro lobo checoslovaco con el adjetivo de “tímido”.

Me permitirán que esboce media sonrisa….. esa presunta timidez, contrastada en la gran mayoría de ejemplares, bajo mi humilde punto de vista no es otra cosa que una sublime prudencia.

Ancestral y heredada de su antepasado el lobo, prudencia que nace de la observación; de la persecución y casi exterminio, del acoso permanente y de grabar a fuego en la genética del lobo la desconfianza ante el ser humano.

Sublime por inteligente, por cauta y preventiva; actitud que a día de hoy se demuestra como herramienta imprescindible para la supervivencia.

Y queramos o no, discutamos hasta la saciedad sobre si chupar o morder, el plc ha heredado esa sublime prudencia; y no es de extrañar una conducta desconfiada hacia el ser humano.

Admiro lo que considero una cualidad, y por supuesto los “puristas” se escandalizarán con esta afirmación, y lo es en su justa medida; precaución con personas ajenas al entorno inmediato del plc nunca será agresividad o una amenaza.

Por descontado que cuando esa sublime precaución es obsesiva se convierte en un problema, lo conozco de primera mano y puedo afirmar que para convivir en entornos sociales es sin duda un problema….para el ejemplar y para el dueño.

Lo anterior no anula el hecho objetivo, queramos o no es genética y acompañará en mayor o menor medida al plc toda su existencia.

Por supuesto que debemos trabajar su  justa reducción…. pero nunca olvidemos que no podremos erradicar el instinto, esa parte intangible y latente que perdura aún hoy en esta maravillosa raza.

Esta raza mezcla a su prudencia un grano, más bien una roca cual Peñón de Gibraltar, de locura……una maravillosa locura unida a esa sublime prudencia.

No nos extrañemos…. si ante un ser humano, su conducta es la de un jugador de poker. Horacio tenía razón.

Galileo.

“La ignorancia es la madre de la maldad y de todos los demás vicios”. Galileo Galilei matemático, astrónomo, físico e ingeniero italiano, un gran exponente del renacimiento.

La ignorancia no sólo es la madre de muchos males, además es atrevida. Tan atrevida que puede llegar a sentar cátedra, a formular sentencias y a ejecutar hasta el mismo conocimiento.

Siempre será una eficaz herramienta en manos de la estupidez, un arsenal de peligrosa tenencia; todos somos ignorantes sin duda.

La ignorancia deja de ser maldad cuando se reconoce, cuando se ventila cómo la limitación lógica de quienes somos humanos.

Pero hay “dioses”, cada día más, a los que no les afecta un carajo su condición humana. Sabios de salón con un currículo que ríase usted de Stphen Hopkins…..por la lejanía.

Y uno, en su permanente mala leche, ya no está para gilipolleces; este mundo cada día es más dado a lo esperpéntico; respeto cualquier opinión, siempre que no sea una soberana estulticia, respeto el trabajo y el estudio y admiro la formación….pero no soporto las magistrales lecciones de pura ignorancia.

El perro lobo checoslovaco es un campo abonado…. para recrearse en la suerte de la ignorancia, para mostrar inquietudes y ahínco en su estudio y observación, para ejercer de genios de la confusión o simplemente para opinar sin tener ni pajolera idea.

Y no me cansaré de repetir que esta raza es diferente, negar su diferencia es un puro insulto a su historia y nacimiento; negar la diferencia es simplemente intentar borrar de un plumazo 57 años de historia.

Años escasos, un mero suspiro en la evolución de cualquier especie, y por supuesto no es necesario ser biólogo genetista para comprender que en 57 años la herencia de una animal, como el lobo, no se diluye cual terrón de azúcar en un café.

La hibridación conlleva líneas de sangre que minimizan el aporte inicial, sin duda…..pero la persistencia de la herencia genética es absolutamente notable.

El celo en las hembras es un hecho, nada que ver con el resto de canes; una vez al año o dependiendo de la situación de la hembra pueden transcurrir varios años sin que el celo aparezca. Sin duda se dan otros ciclos, menores e incluso mayores, pero todo incide en la capacidad de la hembra para gestionar el celo casi a voluntad.

Hechos objetivos, no especulaciones; la capacidad auditiva, olfativa y visual del plc se encuentra más cercana al lobo que a otros canes, su tupido pelaje es superior a cualquier otra raza de perros.

No hablamos de comportamiento, aspecto dado a la interpretación, hablamos de anatomía y fisiología pura y dura.

Esa herencia genética de la raza sigue vigente, y no se trata de porcentajes ni vainas similares…se trata de observar que hoy y aquí el plc sigue siendo el producto del cruce de un lobo con un perro de trabajo.

Evoluciona en cada camada, diluye su carga genética, y esa evolución al cabo de los años probablemente acabe con las discusiones y el mito.

El mito del lobo es tan ilógico como el propio mito del perro, no sabemos si chupar o morder cuando definimos al plc.

Personalmente (y desde la ignorancia más sublime en relación  a la fisiología, anatomía, genética o biología ) me quedo con el estudio y la observación.

El intento de conocer los orígenes de esta raza adolece de muchas lagunas, demasiadas para mi propio gusto; nunca podremos saber cuál era el objetivo concreto del ejercito Checoslovaco cuando el proyecto se inició, probablemente nunca sabremos qué características se buscaron en los ejemplares de lobos de los Cárpatos o en los pastores alemanes de trabajo escogidos.

Sí sabemos que hubo grandes fracasos, y sabemos que la evolución puso en manos civiles el proyecto y fue retomado con nuevas hibridaciones que llegaron hasta casi los años 1980.

Sabemos que es una raza complicada, lo vivimos de primera mano a pesar de buscar siempre argumentos que desmonten el propio ser del plc; pero realmente sabemos poco.

Demasiado poco, y en esa ignorancia nos atrevemos a dar lecciones magistrales con lo fundamental.

No estamos ante un lobo pero para nada estamos ante un perro, al menos es mi firme convencimiento; esta raza es en si misma el resultado de su hibridación.

El can doméstico acompañó al hombre desde la noche de los tiempos, el plc lleva con nosotros 57 años.

La cuestión no es si se trata de un lobo o de un Yorkshire travestido, la cuestión es no negar la evidencia y tratar a la raza como quien maneja razas milenarias.

Mi ignorancia es tan grande como mis ganas de conocer, pero nunca podré negar lo evidente; el día a día conviviendo con dos ejemplares, y conociendo a multitud de otros, me enseña lo poco que sabemos sobre ellos.

Pero resulta recurrente comprobar coincidencias, hábitos y costumbres, problemas y peculiaridades; resulta tan llamativo que la mera observación propicia una sola afirmación……el perro lobo checoslovaco es.

Es diferente, único y heredero directo de ancestrales capacidades; es distinto en apariencia y morfología, en fisiología y comportamiento.

Negar la diferencia es ocultar el sol con un dedo, abramos las puertas del conocimiento y que la ignorancia se quede encerrada en el baúl del Santo Oficio.

Galileo luchó contra un gigante, el plc lucha cada día contra la ignorancia de quienes debiéramos ser garantes de su grandeza.

Charlie.

“La civilización no suprimió la barbarie; la perfeccionó e hizo más cruel y bárbara”. François Marie Arouet, popularmente conocido como Voltaire, escritor francés, filósofo, abogado y uno de los mejores representantes del periodo llamado de la ilustración; ciclo histórico en el que se enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad.

Todo ser humano que tenga un mínimo de conciencia, o tan sólo un vestigio de humanidad, debe clamar al cielo… o al infierno según su estado de ánimo; París ha sido el escenario de una abominable, sanguinaria y orquestada bacanal de sangre y fanatismo.

El crimen es absurdo en sí mismo, sucede a diario y en todo rincón del planeta; el abanico de posibilidades es amplio y sorprendente.

Crimen individual, organizado, tramas internacionales, estatales, genocidios planificados y un largo etcétera cubren el lado más miserable de nuestra condición humana.

Sucede a diario, a diario se vierte sangre inocente de toda culpa….. cual sacrificio obligado a los dioses del averno.

Pero en la era de la globalización, sucede que asistimos casi en directo a determinados hechos; y me perdonarán ustedes pero no es lo mismo escuchar una noticia en la que se indica que 12 personas han sido asesinadas….. que ver con detalle cómo se asesina en el suelo a una de ellas.

Y a uno se le revuelve la bilis, ver a un ser humano tendido en el suelo, herido y pidiendo compasión…..es algo demasiado impactante, absolutamente imborrable; pero ver a otro ser que como respuesta lo remata es ya el culmen de la ignominia.

Un botón de muestra de un nuevo hecho concreto, un botón de muestra de tiempos viejos; matar es fácil, muy sencillo y absolutamente al alcance de todo ser humano.

Lo difícil, y fuera del alcance de la mayoría, es justificar el crimen en nombre de Alá, de San Dios o de su puñetera cohorte de sanguinarios secuaces.

Esto ya toma tintes kafkianos, sujetos paridos por su madre, amamantados como todo hijo de vecino, que terminan degollando, cortando cabezas y exhibiendo sus trofeos y “hazañas”.

Me la sopla soberanamente si son musulmanes, adoradores de Zoroastro o seguidores de barrio sésamo….son sencillamente asesinos.

Y podrán justificar sus actos en nombre del profeta que les salga de los mismísimos….pero seguirán siendo simples asesinos, escoria humana. Indignos de sus propias madres y de la naturaleza que les dio la vida.

La naturaleza no está exenta de asesinos, todo en esta vida es reflejo de las circunstancias; pero el ser humano tiene un don especial, una puñetera obsesión….la imitación, el más absoluto gregarismo a todo tipo de movimientos.

Por desgracia nadie tiene la solución a algo tan viejo como la propia humanidad, nadie podrá poner freno a la barbarie individual o colectiva.

Es nuestra condición, nos regulamos con estados y leyes…..pero nunca se podrá regular la vileza, la ignorancia y el fanatismo.

Sencillamente es así….un proceso inherente al ser humano, de la más absoluta ignorancia nace el fanatismo, que acaba con el ser humano y lo convierte en vil.

Nos llenamos la boca, y los bolsillos, apelando a la paz… nos llenamos de santas intenciones; y sin embargo exterminamos sistemáticamente todo lo que nos rodea.

Exterminamos el conocimiento, asesinamos la cultura, borramos la historia y hacemos de la naturaleza un supermercado de ocasión.

Y de aquellos polvos vienen estos lodos, la ignorancia es la madre de todas las vilezas; la ignorancia nos convierte en marionetas, nos priva de nuestra capacidad de elección…..nos limita a un mundo reducido.

Resultará quizás ridículo, no lo dudo, pero todo aquel que ama a la naturaleza y a los animales tiene un don; el de la observación.

Y observar es aprender, con humildad y asombro……es algo bueno en contraposición a la maldad.

Quizás, tan sólo quizás, si nuestros hijos heredasen el amor por la naturaleza, el amor hacia los animales….en lugar de la PS3…..quizás este mundo tendría futuro.

La vileza humana es infinita, pero la grandeza puede llegar a ser igual de inmensa; en todos estos años conviviendo con animales he aprendido mucho.

He aprendido responsabilidades, entrega y sacrificio; he recibido cariño, lealtad y lecciones vitales.

En todos estos años he sabido valorar un amanecer, una puesta de sol y la magia de cualquier paisaje natural; y no por ello he dejado de ser el bruto animal que en ocasiones he sido, pero siempre ese poso ha pesado lo suficiente como para mantener un equilibrio entre la delgada línea, en ocasiones, del bien y el mal.

Repito, sé que puede ser ridículo…pero me niego a ser espectador impasible de unos tiempos, en los que la ignorancia se basa en la desidia de todos, en el silencio cómplice y en la más absoluta apatía.

La mirada limpia de un lobo, y en su defecto la de un plc, no transmite maldad; inquietud quizás, y con toda la razón del mundo.

Esa inquietud los ha mantenido con vida, esa desconfianza ha sido su seguro …..la capacidad de observación su universidad.

Mientras más conozco a los hombres más quiero a mi perro…frase atribuida al filósofo griego Diógenes que vivió en la más pura indigencia acompañado de su can….año 412 antes de nuestra era.

Poco ha cambiado el ser humano, París es hoy, fue ayer y será mañana…Charlie Hebdo por desgracia ha sido, es y será la sana ambición del ser humano por comunicar……. por compartir.

Me quedo con la mirada de mi plc, buscaré en ella la fuerza necesaria para seguir siendo un ser humano.

In memoriam.