En ocasiones, en determinadas ocasiones, el bosque no nos deja ver los árboles; la frase correcta se acuñó totalmente al revés – los árboles no nos dejan ver el bosque – y se suele decir cuando alguien no puede ver un asunto o una situación en su conjunto porque está prestando atención a los detalles.
En ocasiones no vemos un asunto en concreto, o en particular, debido a centrarnos obsesivamente en el conjunto. Es normal y nos sucede a menudo, y en el caso del perro lobo checoslovaco creo que de manera notable.
Las etapas en el ciclo de la vida son un eslabón que forja el conjunto, con un valor propio y destacado; la dependencia y características de un ser recién nacido – en cualquier especie – son relativas y siempre equilibradas al entorno.
La etapa de cachorro en un plc es muy significativa, un eslabón del conjunto pero significativa cuando menos. El “bosque” en el plc a veces no nos permite ver los “árboles”, olvidamos rápidamente una etapa que considero marca la gran diferencia.
Diferencia con otras razas, o tan sólo peculiaridad según el rigor con el que se quiera valorar, pero en todo caso un hecho probado y repetido en multitud de ejemplares entre los 2 y los 12 meses de vida.
Todo aquel que ha convivido con un plc, en dicha etapa, conoce el quebradero de cabeza que supone la mera alimentación del cachorro.
El criador nos lo entrega tras ser destetado comiendo una determinada marca de pienso, normalmente y de manera progresiva le vamos cambiando dicho alimento hasta llegar a otra marca de comida estrusionada…comida “rápida o cómoda” para perros…..para comprobar que el cachorro tiene una continúa diarrea en sus deposiciones.
Será la marca de comida estrusionada…pensamos….y vamos a por la segunda marca comercial; la naturaleza es tozuda hasta la saciedad y comprobamos que sigue igual.
En este punto se disparan las alarmas y llenos de cautela lo llevamos al veterinario – como así fue en nuestro caso – para recibir una dieta blanda de arroz hervido con pechuga de pollo. Todo ello tras comprobar que no se debía a parásitos de ningún tipo.
Y entramos de lleno en la tercera aventura, comprobamos que el cachorro se encuentra bien en su estado general y que además engorda aceptablemente…pero…..sigue con su fervor por la decoración naif del suelo y en ocasiones de las paredes.
Aquí ya las alarmas se convierten en peligro…si el vete nos aconseja una dieta blanda, unida a una concreta medicación para cortar la diarrea,…entonces por qué sigue igual.
Nuevo peregrinaje y asombro por parte de los facultativos, cultivo de heces y a esperar resultado por si se tratase de algo más complejo. Llegan los resultados y la sorpresa es que el cachorro está perfecto y no tiene nada anormal en los análisis.
A todo esto, y en medio de todo el proceso, hay que unirle comida especial para descomposiciones….medicación…y de nuevo cambio de comida estrusionada.
Cualquier propietario que haya vivido lo anterior conoce la desesperación que supone, la impotencia que se arrastra, ya que ni con ayuda facultativa se logra que el animal regule sus deposiciones.
Y un buen día decidimos darle, por aquello de probarlo todo, corazón crudo de vaca…..alternando con la cuarta marca comercial de comida estrusionada; nuestra sorpresa fue mayúscula cuando comprobamos que regulaba mucho mejor y que el problema progresivamente se corregía.
Desde ese día y en la última toma de la jornada incluimos carne cruda….y su evolución y mejoría es diaria. Esto no pasaría de ser anecdótico, y propio de un sólo ejemplar, si no hubiésemos comprobado que multitud de cachorros sufren el citado problema.
La pregunta es recurrente….. por qué sucede; en el ámbito y mundillo del plc solemos aceptar, de un modo generalizado, que los cachorros de plc son muy delicados de estómago.
Aceptemos la premisa, sea pues…..pero entonces por qué de adultos son capaces de tragar lo intragable, regurgitar y seguir como si tal cosa – en nuestro caso bolsas de plástico del hiper, pendientes, trozos de piedra y un sin fin de cuerpos extraños – algo no cuadra.
Desconozco por completo, si existe algún estudio clínico que aporte una explicación a este fenómeno generalizado; en su defecto me planteo cada día varias preguntas.
La primera puede ser razonable….¿no será que el aparato digestivo del cachorro de plc no tolera la comida estrusionada y tratada?..parece que desde luego no la asimila como debiera.
La segunda puede resultar incluso aceptable…..¿la alimentación cruda es más digerible para el cachorro de plc?…pues en muchos casos de los que conozco resulta no sólo más digerible …resulta milagrosa.
Pero todo es relativo, y sin un estudio previo avalado por especialistas no se puede sentar otra cátedra que la de la impresión; la de la opinión personal y la propia experiencia. Considerando, además, los tremendos intereses económicos de la industria de comida para perros.
Dicho lo anterior miremos al reino animal…….. la mejor fuente de información, y veamos qué comen aquellos animales más cercanos a nuestros plcs.
El lobo se alimenta de lo que puede, sin embargo su dieta – cuando las circunstancias lo permiten – es eminentemente carnívora; nuestros animales son herederos de su carga genética y además de manera muy reciente para la evolución de cualquier especie.
Sería interesante comprobar el efecto de las comidas estrusionadas en cachorros de lobo, pero como tal experimento está alejado de cualquier posibilidad…seguiré creyendo que la gran diferencia, en el conjunto del plc, está en su etapa de cachorro.
Quizás, tan sólo quizás, una llamada de atención para recordarnos que estos animales tienen – y mantienen por derecho propio – una gran diferencia con el resto de razas.
Pese a quien pese ……..y por mucho” bosque” que queramos ver….siempre habrá un tozudo “arbolillo” que nos recuerde lo anterior.
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