Aunque la definición de la palabra momento nos indica que ” se trata de un tiempo breve en comparación con otro” resulta que vivir la experiencia, con un perro lobo checoslovaco, nos llenará de momentos; y estos a su vez nos provocarán sensaciones.
El conquistador del planeta es muy poco dado a valorar el tiempo breve, menos aún a reflexionar sobre la provocación de estímulos o sensaciones; será la vorágine de nuestra sociedad, la imposición de metas inalcanzables o la propia dinámica de vivir como si este breve periodo – el momento de la vida – fuese la vara de medir universal.
Muy difícil sustraerse a todo lo que nos obliga, imposible en multitud de ocasiones; responsabilidades, obligaciones, preocupaciones y el día a día añaden muy poco espacio para vivir….para sentir esos momentos.
No se trata de moñerías, de sentimentalismos vacuos o de constatar lo evidente; la intención es reflejar aquello que un plc comparte con nosotros.
Las etapas en el desarrollo del plc son una cadena, y cada eslabón está lleno de momentos convertidos en experiencias que provocan sensaciones; la capacidad expresiva de un cachorro, su astuto comportamiento y lógico instinto..la teatralidad única en esta raza.
Podemos pasar del pasmo al desternille, visitar el purgatorio y acabar “escojonados” – cómo diría un buen amigo – con cada trastada, con cada pase mágico de fregona, con cada nueva decoración de nuestra casa.
Pero de esta etapa tan dura y especial me quedo con las sensaciones, te invade – al menos a mí me ha sucedido – una extraña sensación de autosuficiencia dependiente por parte del cachorro; pueden ser cabezones, tozudos cual mula de carga resabiada, pueden ser aparentemente independientes…exploradores innatos, aventureros avezados…..si…..pero al final te buscan con la mirada y el cuerpo y acaban rindiendo nuestro natural hielo humano.
Y nunca me cansaré al destacar cómo se genera un vínculo maravilloso, con la convivencia…los momentos buenos y los malos; al cachorro le damos toda nuestra buena intención, sin duda en todos los casos, y a cambio recibimos algo que valoro muy especialmente.
Confianza ciega, absoluta y sin contra partida; su futuro está en nuestras manos, aquello que asentemos en todos los aspectos de integración y educación será el contrato de por vida que nos unirá a él.
Y esta parte tan crucial en un plc se consolida a cada momento, en cada experiencia y lo que para mí es más importante….. analizando todas las sensaciones que nos transmite.
Este mundo está lleno de sabios de salón, de doctos de pandereta e incluso de magistrales gurús con sede en Mercadona; cosas del ocio y la condición humana.
Por desgracia todos ellos analizan al plc cómo si de un mecanismo de relojería se tratase, intentan enmarcar un olor, dibujar el alma; pero nunca esos tratados versan sobre las sensaciones que nos provocan, y que en definitiva marcan el origen y la razón de ser de la propia raza.
Cuando nos asombramos, cuando nos indignamos, cuando reímos y casi lloramos estamos constatando – en lo más íntimo de nuestro ser – que lo que ese momento y esa experiencia nos traslada es único y diferente; distinto y por lo tanto digno de al menos un análisis sensato.
Por poner un símil recurrente, es cómo si ante una enfermedad tratásemos los síntomas y no su origen…atiborremos al paciente de comprimidos contra la fiebre…y si muere por la infección no pasa na.
En el plc creo sinceramente que resulta muy parecido, los signos y síntomas de la raza no son el problema….por mucho que nos empecinemos. Los signos y síntomas de la raza son su identidad, su ser.
Podrá gustarnos más o menos, resulta incompatible en muchas ocasiones con el entorno natural del hombre…sin duda….por eso esta raza es especial y diferente.
Pero no me cansaré de indicar que todo lo que intentemos, para que la vida de un plc se integre en su entorno, será positivo ya que le facilitará la convivencia.
Pero de ahí a demonizar conductas y desear convertir a un plc en un mastín va un trecho, admiro la sensatez…..admiro la lógica….pero me rechina la sabiduría en cadena.
Por supuesto puedo estar equivocado, engañado por mis propias experiencias; pero intento reivindicar la esencia del plc, la sangre de lobo y de pastor alemán que corre por sus venas, en definitiva asumir qué tenemos con todas sus consecuencias.
Y esas consecuencias son momentos, experiencias y sensaciones; somos dueños de valorarlas o de mirar hacia otro lado e insistir en que nuestro plc barra el suelo con la cola ante cualquier persona, le haga un traje de saliva y de postre juegue a la pelotita con otros perros.
Cada cual actúe cómo considere, yo por mi parte intento recapacitar con cada descubrimiento; procuro valorar cada momento….bueno y malo….y lo más importante, deseo compartir y recibir experiencias que nos indiquen si estamos locos de atar o simplemente estamos atados a la locura de tener un plc.
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