“Realmente, no sé si con justicia o no, a mí no me admira el ingenio, porque se ve que hay muchos hombres ingeniosos en el mundo. Tampoco me asombra que haya gente con memoria, por grande y portentosa que sea, ni que haya calculadores; lo que más me asombra es la bondad, y esto lo digo sin el menor asomo de hipocresía”. Pío Baroja y Nessi escritor español de la llamada generación del 98 y fallecido en el año 1956 a la edad de 83 años.
Un viejo año se consume, fiel a su cita modernista la vorágine y el bombardeo de la cruda actualidad impactan por doquier.
Hoy ya nada ni nadie escapa a la virtualidad de la información, información sesgada en ocasiones, manipulada en otras, y tan solo un atisbo de la realidad en la mayoría de los casos.
Y cual adalides libertarios clamamos contra los poderes fácticos, contra todo lo que se menea, contra los sutiles hilos de cualquier poder establecido y en definitiva escupiendo al cielo con un desparpajo digno de la mayor ignorancia.
Somos lo que somos, producto de nuestro tiempo; elaborados espíritus críticos, carcasas impolutas con aspecto de justa sabiduría pero vacíos de contenido. Seguimos siendo la leche, clamamos al cielo arguyendo injusticias y males mayores, berreamos contra lo global y en general establecemos una república independiente en cada una de nuestras limitadas existencias.
En la era de la globalización, las nuevas tecnologías y el postureo patrio, somos capaces de clamar por la justicia, la igualdad y los unicornios rosas…….somos capaces de pedir el cielo, la luna y el coche del vecino si se tercia; y sin embargo estamos olvidando y ninguneando un aspecto crucial en el ser humano.
Lo colectivo es consustancial a nuestro modo de vida, nos guste o nos repatee los higadillos, pero esa misma colectividad se basa en individuos. La pregunta del millón no es qué nos diferencia, la cuestión es qué nos debiera unir.
Lejos de filosofías profundas, a mil años luz de postulados dogmáticos, el ser humano desde la noche de los tiempos se ha movido en su desarrollo entre dos simples y complicados principios……el bien y el mal.
Y me perdonaran si afirmo que lo simple y complicado de dichos principios no es excusa para llamarse andana y seguir paseando nuestra patética humanidad virtual.
Vivimos adocenados en lo virtual, hasta el extremo de olvidar las relaciones humanas, sustituimos la fuerza de un abrazo por un “emoticono”, suplimos el calor de una conversación por un hilo de mensajes, olvidamos ser para certificar parecer.
Y parecemos, ya lo creo que parecemos, simulamos ser felices y satisfechos por habernos conocido; interpretamos a coro una vida virtual tan pobre que escandaliza, seguimos el dictado de cualquier moda y vendemos nuestra elaborada imagen en mercadillos virtuales de segunda mano.
No nos asombra nada que no sea impactante, mediático, morboso o polémico. Y mientras, en este mundo tecnológicamente “avanzado”, sobreviven personas que rompen moldes, destrozan estereotipos, y con sus actos reclaman la bondad como bálsamo individual y colectivo.
Cada uno de sus actos son una bofetada a la hipocresía, un mazazo a lo aparente, un desgarrador grito contra el susurro de lo convencional.
Grandes seres humanos en medio de nuestra empequeñecida sociedad, personas anónimas – o incluso públicas – que día a día forjan el ejemplo de los hechos por encima de las palabras.
Me sonroja su capacidad natural, me abruma su valentía, me seduce su pasión…..me admira su ser.
Este pequeño espacio nació con la finalidad de compartir una pasión, de intentar convertir la experiencia en punto de partida para la duda; nació con el propósito de cuestionar todo lo que, por desgracia, estigmatizaba a una raza de animales manipulada y comercializada sin escrúpulos.
Y en este ámbito he vivido momentos inolvidables, he conocido a personas ejemplares por su natural bondad, seres humanos que por encima de todo brillan con luz propia.
Hoy en estas líneas no creo necesario hablar de la raza, pero sí mostrar como la convivencia con estos animales, o quizás la convergencia con ellos, destapa personas y hechos dignos de admiración.
Y quiero dedicar estas líneas a dos personas en concreto, a dos seres humanos que aunque no conozca personalmente les preceden sus actos.
Gente sencilla, extraordinariamente humana, rodeada de problemas como cualquier mortal; personas capaces de dedicar tiempo, esfuerzo, y vida a la bondad.
Capaces de atravesar la península, de norte a sur, para socorrer a un animal perdido obviando tragedias personales que anularían a cualquier mortal; capaces de preocuparse por animales abandonados, desechados por todos, y emprendiendo actos sublimes para su recuperación y cuidado.
Personas que no necesitan sentar cátedra sobre la raza, y que sientan a la raza en la cátedra de la bondad, personas que son y actúan por encima del qué dirán.
A ellos, a todos aquellos que de forma valiente y natural y con sus actos nos demuestran que es posible ser por encima de parecer……a ellos, vaya mi más sincera admiración, mi más profundo respeto y ante todo mi agradecimiento por su lección magistral.
Nos sigue asombrando la bondad, nunca dejemos de sentir ese mazazo a la estupidez…quizás nos despierte de nuestra pequeña y simple vida virtual a la grandeza y complejidad de una vida real.
Gracias Jessica y Nando, gracias de todo corazón por vuestro ejemplo.
Y gracias a todos aquellos que, por encima de parecer, siembran con la bondad el ser forjando una esperanza que no debemos abandonar.