“Cuatro cosas no pueden ser escondidas durante largo tiempo: la ciencia, la estupidez, la riqueza y la pobreza”. Abū l-Walīd Muhammad ibn Ahmad ibn Muhammad ibn Rushd, más conocido como Averroes, filósofo y médico hispano árabe fallecido en el año 1198.
Averroes demostró una lucidez preclara, cordobés de nacimiento llegó a ser Cadí de Sevilla (gobernante y magistrado).
La ciencia nunca puede ser escondida, su avance es imparable en cualquier espíritu inquieto… la riqueza es evidente y la pobreza es insultante….pero la estupidez, señores..la estupidez es inmortal, omnipresente y poco dada al camuflaje.
Este nuestro país, o lo que va quedando del mismo, llegó a ser una temible potencia militar desde comienzos del siglo XVI hasta mediados del XVII; dicho poderío, fundamentalmente terrestre, se fundamentó en la creación de lo que se dio en llamar los Tercios Viejos.
Nacieron los tres primeros, el de Nápoles, el de Sicilia y el de Lombardía; y fruto de ese embrión crecieron unidades militares que fueron temibles leyendas vivas en todo conflicto armado.
Esto es simplemente historia, ni un panegírico belicista ni nada que no sea exclusivamente recordar hechos.
Lo increíble y curioso es que mucho más allá de lo novedoso de dichas formaciones militares, mucho más allá de su armamento y estructura jerárquica, subyace un elemento crucial……. el factor humano.
El nacimiento de los Tercios Viejos precisó de algo novedoso, esencial y revolucionario; no se crearon levas forzosas, ni se emplearon mercenarios a sueldo.
Se combinaron soldados experimentados con oficiales competentes, que en base a valores como el honor, la lealtad al rey y una cuasi integrista fe religiosa generaron una base humana única en su tiempo.
Hombres que de manera ciega, dejaron marcados hitos en la historia convulsa de los siglos XVI al XVII.
Pero la estupidez humana no tiene límites, es más llega a ser tan peligrosa que juega con la vida.
Esos hombres, que cosecharon grandes triunfos para su monarca, fueron maltratados a extremos inconcebibles; pagas atrasadas, escasez de vituallas y vestimenta y otras penalidades forjaron la sana costumbre del motín español.
Rebelión ordenada, y con carácter quasi reglamentado, el motín español llegó a negociar directamente con representantes del rey.
Ni tan siquiera estos avisos fueron suficiente señal para la estupidez humana, asentada en palacio y en sus consejeros, y poco a poco….el cáncer de la estulticia destrozó aquel proyecto.
La historia está plagada de ejemplos similares, grandes voluntades, sencillos hombres y mujeres dispuestos a morir por una idea y que en manos de estúpidos líderes acabaron en la cuneta.
La estupidez es una religión, un estado de ánimo y probablemente una absoluta carencia de inquietudes; la estupidez humana denota en muchas ocasiones un vomitivo desprecio a cualquier iniciativa, que no sea controlada y/o dirigida por el estúpido de turno.
El perro lobo checoslovaco en cierto modo, y me perdonen los puristas, es muy parecido a los Tercios Viejos; raza novedosa, revolucionaria y plagada de contrastes, raza en la que sus ejemplares destacan – si algo se debe destacar – por su entrega y nobleza hacia el dueño.
Ejemplares dispuestos a emborracharse de nuestras acciones, cada uno es muy libre de optar por el camino que decida; unos con mayor conocimiento y estudio sobre la raza, otros – entre los que me incluyo – con verdadera devoción y menos conocimientos y por último algunos con el marchamo de la estupidez por bandera.
La estupidez resta, nunca suma, el estúpido cree a píes juntillas estar en posesión de la razón, desprecia todo lo que no sea de su gusto; y en esta raza jugar a esto último nos aboca a todos al más absoluto fracaso.
Al igual que aquellos viejos soldados, curtidos en mil batallas y penurias, el plc en este país está cada día más en manos de reyezuelos de salón……… de consejeros de billar y en manos de monarquías tan absolutistas que ríase usted del rey sol.
Si la estupidez no remite, si seguimos restando, difamando, torpedeando y destruyendo…..esta raza acabará en la cuneta.
No tengo grandes conocimientos sobre la raza, nunca he pretendido dar lecciones de aquello que carezco; pero sí he intentado aportar, a quien haya deseado leer, vivencias, emociones y anhelos……
Sumar esfuerzos es ya imposible, el panorama de quienes tienen responsabilidades en este mundillo es parecido a los campos de batalla de Flandes; una terna de incompetentes cuyo único valor es la estulticia, dirigiendo a un puñado de aguerridos mártires hacia una muerte segura.
Sigan así señores y señoras….. llenarse la boca con gilipolleces no nos convierte en sabios, gritar no nos convierte en eruditos; pero sobre todo jugar con el futuro de esta raza sólo nos convierte en estúpidos.
Y sobre todo, el silencio nos convierte a todos en cómplices.
El motín fue en el siglo XVII una manera ordenada de rebelión, y en multitud de ocasiones logró sus objetivos; hoy más que nunca necesitamos amotinarnos ante tanto aprendiz de general y tanto consejero cobarde oculto tras las cortinas de palacio.
La ciencia debe ser nuestra aliada, no nuestra guerra, la estupidez un recuerdo, la riqueza nuestra deuda con la raza….. y la pobreza el reto por acometer.